El método para expresar tu opinión de forma clara en 4 simples pasos
Quizás tú también lo has sentido.
Una maraña de palabras que empiezas a construir en la mente con la intención de que tu opinión suene clara como el agua de un río, pero que terminan creando una confusa mezcla de ideas que se convierten más bien en aguas estancadas.
El problema es que a mi incluso me lo dijeron de forma así de cruda una vez.
Tuve que dar mi opinión al concluir un curso al que había asistido y me enrede entre frases floridas y pasivas kilométricas para decir simplemente que el curso me había gustado.
Hablando después con uno de los asistentes al curso con el que tengo confianza, este me confesaba:
No he acabado de entender lo que querías decir, a veces parece que te enredas al dar tu opinión y se pierde la efectividad del mensaje.
Poco que decir cuando estás de acuerdo con lo que te dicen, toca tratar de corregirlo y trabajar para aprender a construir estructuras más efectivas a la hora de dar una opinión.
¿Como los políticos?
Si piensas en el ejemplo más claro que se te ocurra de profesionales de las palabras vacías, seguro que en tu lista de hits los políticos copan los primeros puestos.
Maestros del escamoteo de preguntas y del enlace de vocablos que escuchas y minutos después aún te estás preguntando qué demonios significaban.
Paradójicamente, este artículo nace de escuchar a una política decir públicamente una frase clara, llana y concisa, que conseguía justamente lo que quería; que se le entendiera perfectamente.
Por cierto, en mi vida hubiera pensado que Angela Merkel inspiraría uno de mis artículos, no sé qué puede ser lo siguiente.
A vueltas con los aranceles que al presidente de Estados Unidos se le ha ocurrido imponer a la Unión Europea, la Canciller alemana hacía una intervención pública para expresar el punto de vista de Europa al respecto.
Se acercó al atril con firmeza, posó sus notas, levantó la mirada, hizo una pausa dramática, y dijo:
Dejémoslo claro; queremos una exención permanente de los aranceles a la Unión Europea.
Ni uno solo de los muchos periodistas presentes tuvo dudas respecto a lo que quería decir Merkel, y ella se encargaba prácticamente de redactarles el titular de la rueda prensa.
Cómo expresar tu opinión de forma clara: el método
El problema a la hora de expresar tu opinión sobre un tema es que generalmente lo haces de forma improvisada, comienzas a hablar y a construir tus palabras en paralelo, y cruzas los dedos para que aquello suene fluido y lógico.
¿Y si te dijera que es más sencillo que apelar a la moneda al aire?
Ahí va un método para estructurar una opinión basado en 4 simples pasos:
- Dilo
- Explícalo
- Pruébalo
- Resúmelo
1- Dilo
Este es el más importante de los puntos, y si te quedas con esta parte, los pocos minutos que dediques a leer este artículo merecerán la pena.
La clave al dar tu opinión es resumir en una frase lo que opinas y lanzarla al inicio de tu intervención, como en el ejemplo de Angela Merkel.
Pongamos que alguien te pregunta tu opinión sobre el papel de los deberes en la escuela.
Podrías empezar a hablar y explicar la cantidad de deberes en tu época de estudiante, enredarte a comparar unos centros con otros, y correrías el peligro de llevar un rato hablando y que alguien pudiera preguntarte:
¿Pero estás de acuerdo en que se manden deberes o no?
Por eso debes ser claro, conciso y directo cuando expreses tu opinión, por lo que el primer paso de este método propone que digas de forma explícita cuál es tu punto de vista de inicio:
Estoy en desacuerdo con que en los colegios se mande a los niños deberes para hacer en casa.
Buscas sencillez y claridad, por lo que trata de que sea una frase corta y que no incluya lenguaje complejo que requiera demasiada reflexión por parte de quién la escuche.
2- Explícalo
Este es el momento de desarrollar tu frase anterior y explicar por qué opinas lo que opinas, y cuáles son los matices de tu afirmación.
Siguiendo con el caso anterior, te tocaría hablar sobre por qué no estás de acuerdo con que se manden deberes a los niños en la escuela.
Quizás crees que las tardes son horas más apropiadas para el descanso y diversión de los niños, o consideras que es suficiente el trabajo cognitivo que hacen en la escuela, por lo que no se les debería exigir más.
3- Pruébalo
Este punto puede fusionarse en algún momento con el anterior, pero es muy importante que lo tengas en mente, ya que es el que dará consistencia a tus argumentos.
Una opinión no deja de ser una interpretación subjetiva, con lo que cualquiera puede responder a ella con un simple…pués no estoy de acuerdo.
Ponle esa refutación difícil y muestra que la tuya no es una simple opinión y se basa en argumentos sólidos, para lo que te propongo que incluyas:
Estadísticas y datos
A pesar de que muchas veces se utilizan de forma tendenciosa, los números son más difíciles de rebatir que las palabras, especialmente si se trata de datos provenientes de estudios oficiales.
¿Un estudio que leíste y revela que los niños a los que se les envían deberes corren mayor riesgo de sufrir estrés?
Este es el momento de mencionarlo.
Ejemplos
Los ejemplos aterrizan los conceptos y los hacen más comprensibles, por eso es interesante que sean parte de tu kit de argumentos para probar tu opinión.
Puedes hablar de ejemplos concretos de actividades a las que podría dedicarse un niño a la largo de sus tardes no ocupadas por horas de deberes, probando que su vida sería más feliz y menos estresante.
Historias
Las historias son un gran recurso para filtrar la información planteada y conseguir que quién te escucha empatice con el protagonista.
Ese protagonista puede ser un compañero de clase de tu hijo, y su historia la de un niño que tuvo síntomas de estrés a los 12 años, como consecuencia de la cantidad de tareas que tenía que hacer en casa cada tarde.
4- Resúmelo
Cuando tengas a tu audiencia (sea grande o pequeña) asintiendo con la cabeza, recuérdales porque están de acuerdo contigo, resume aquella tesis del inicio, que te ha llevado a construir todo ese mensaje.
Por eso, creo que deberían suprimirse los deberes que se envían a los niños, ya que de esa forma serían más felices.
¿Lo tienes verdad? seguro que estás pensando en lo bien que te sentirás al dar tu opinión de una forma tan rotunda, efectiva y estructurada.
Pues no te quedes con las ganas…
Te propongo un ejercicio
Piensa en un tema sobre el que te interese dar (o tener) una opinión. Puede ser algo genérico como los deberes de los niños en clase, o algo más concreto, como la necesidad de hacer obras en tu vecindario.
Ahora coge papel y boli y hazte un pequeño esquema:
Dilo
Explícalo
Pruébalo
Resúmelo
Rellena la plantilla de arriba abajo, comenzando por la frase concisa que resume tu opinión, y si no quieres currartelo tanto como para buscar estadísticas o historias reales, invéntatelas, lo importante ahora es completar el ejercicio.
Una vez de que lo hayas completado, puedes simplemente ensayarlo en alto unas cuantas veces para practicar el hábito de dar tu opinión sobre un esquema.
También puedes ir más allá y buscar una “víctima” con la que practicar.
Acércate a tu pareja, amigo o madre y dile que te gustaría darle tu opinión sobre algo, y después de hacerlo pregúntale cuál era el tema del que le has hablado, y cuál cree que es tu opinión al respecto.
Si te responde con la frase con la que has abierto y cerrado tu intervención; ¡bravo! ya has conseguido el superpoder de la claridad al opinar, que por cierto, muy poca gente posee.
Si has hecho el ejercicio, estoy loco por que me cuentes como te ha ido…
Muchas gracias por este maravilloso artículo. En verdad me ha ayudado muchísimo a darle estructura a la avalancha de pensamientos e ideas que se arremolinan en mi mente antes de abrir la boca y dejarlas salir desbocadas jaja.
Mil gracias, Dios le bendice.
Gracias a ti Diana,
Lo cierto es que es así, e incluso siendo conscientes de ello muchas veces cuesta parar y pensar antes de hablar, pero ese es el camino.
Un saludo,
Xabi