6 trabajos relacionados con la comunicación por los que he cobrado en 2018
Erase una vez un señor que se dedicó a revolucionar el mundo de los ordenadores, los dispositivos multimedia portátiles…y en realidad todo aquel terreno por el que pasó, incluido el modo de hacer presentaciones, sobre todo en lo que respecta a proyecciones.
También resultó ser un poco tirano, su vida familiar estaba “para echar un vistazo” y su habilidad para hablar en público fue ganando monotonía a medida que lanzaba más Ipods.
En realidad sólo me interesa una frase de Steve Jobs, pero tenía un reto personal por hablar de él sin tirar de tópicos, con lo que voy a destruir lo poco original de los párrafos anteriores con uno de sus “topicazos” que sirve para nuestros intereses:
No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; sólo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro.
Comencé 2018 con los retos e inquietudes profesionales de un freelance, que básicamente se mueven entre la ilusión de querer hacer algo que me gusta, y la incertidumbre de intuir sólo una nebulosa delante.
Pero con el año liquidado, y “haciendo un Jobs”, con una taza de té caliente con miel en la mano y con la mirada perdida en el horizonte mientras asiento como los perrillos de los salpicaderos de los coches que se pusieron de moda hace unos años y ya nadie recuerda, me doy cuenta de la cantidad de trabajos que me han acercado, sin querer (aunque nunca lo sea) al mundo de la comunicación.
Además, esta reflexión me ha llevado a ciertas conclusiones, por ejemplo…
Ganarse la vida hablando en público es posible…pero en otro lugar
Si estuviéramos en Estados Unidos, la pregunta pertinente sería:
¿Cómo puedo ganarme la vida como ponente?
Cuando lees artículos en blogs norteamericanos, o si frecuentas libros con historias de emprendedores, sabrás que allí es común (entendiendo común como un dato indeterminado del que no dispongo) poderse ganar la vida hablando en público.
Nota: No modificaré lo anteriormente escrito para mostrar mi asombro “en tiempo real”.
Iba a escribir un párrafo respecto a lo que cobra Scott Adams por ponencia, de quién he leído un libro últimamente, en el que habla de que empezó pidiendo miles de dólares por charla porque no quería hacerlas, y como veía que se lo pagaban iba multiplicando su tarifa a medida que le llamaban.
He Googleado un poco y…
Resulta que en la página Bigspeak el bueno de Scott aparece con una tarifa de más de 40.000 dólares por ponencia, pero lo que casi me desploma es ver que si quieres contratar como ponente a un tal Jack Welch (alguien me odiará por no conocerle), debes preparar más de 100.000 dólares. 😳
Volvamos al mundo real, porque también es verdad que si esto fuera Estados Unidos, quizás yo tendría un arma encima de la mesa mientras redacto este post (hiperbole modo ON), y tendría bastante menor cobertura de la seguridad social, seguro.
Seamos honestos, en estas latitudes ganarte la vida “de la comunicación” es difícil, precario y alejado en la mayoría de casos del mero concepto de “cobrar por dar conferencias”.
Es verdad que en el mundo del espectáculo o los medios (hablando de precariedad) existen oportunidades más “clásicas”, como, por ejemplo, las actrices o periodistas, pero el hecho de ganarse la vida “comunicando” no deja de ser etéreo y difícil de materializar en muchos casos.
Dicho esto, seré sincero, si tu pregunta es; ¿cómo puedo ganarme la vida en el mundo de la comunicación, por ejemplo, hablando en público?
Mi respuestas es; no tengo ni la menor idea.
Personalmente (como recomendaría el mismo señor del inicio), he dedicado los últimos años a “seguir mi pasión”, que es un consejo que vale lo mismo que un ventilador a un esquimal, pero que resulta que el último año ha supuesto haber cobrado por muchos trabajos que, ¡sorpresa! tienen que ver de una forma u otra con comunicar.
Con lo que quizás con suerte lo siguiente te inspire mínimamente:
1- He hecho de maestro de ceremonias
No creo que Ramón García deba preocuparse porque le aumenta la competencia, pero esto ha supuesto un hito profesional interesante para mi, ya que es la primera vez que he cobrado por presentar un evento.
Y parte de la gloria se la debo a Cristina Juesas, compañera de batallas en Toastmasters. Inquieta, emprendedora y motivada a partes iguales, resulta que pensó en mí como maestro de ceremonias para una sarao anual que organiza la Universidad del País Vasco.
Un evento llamado Zientzia Club, que en lo que respecta a la comunicación ante audiencias tiene mucho sobre lo que reflexionar, y que me aportó interesantes experiencias y conclusiones sobre las que escribir, ya que se trata de monólogos científicos que dan investigadores.
Intuyo que no es sencillo aprender a hacer de maestro de ceremonias en otro entorno que no sea Toastmasters, pero en mi caso, las decenas de veces que lo había hecho en el club al que pertenezco, me allanaron el terreno para saber, qué decir, y cómo y cuándo hacerlo.
Ahí va un mini-fragmento de mi presentación de una ponente:
2- He dado clases de oratoria a adolescentes
Playspeak, es un proyecto que hemos creado otro compañero Toastmaster (Fernando Urien) y yo mismo, a través del que pretendemos acercar la oratoria a las aulas, para que los adolescentes aprendan a hablar en público, entre otras actividades, dandoles clases extraescolares.
El proyecto nació humilde pero crece poco a poco, e intuimos que hemos llegado a la fiesta con hielo y bebidas cuando todos estaban sedientos, ya que estamos teniendo una acogida y crecimiento que nos hace pensar en que los colegios cada vez son más conscientes de la necesidad de integrar en sus enseñanzas este conocimiento, de una forma u otra.
Otro hito ha sido el de dar clase en un colegio en horario lectivo, lo que amplía un horizonte de posibilidades respecto a los servicios que podemos ofrecer.
En lo que a mi respecta, sigue siendo una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Dicen que enseñar es la mejor forma de aprender, y cuando a la ecuación le sumas adolescentes, la frase multiplica su sentido.
El mayor reto comunicativo con ese público no es sólo conseguir transmitir un conocimiento (en este caso sobre cómo hacer presentaciones), sino hacerlo de forma práctica y amena, ya que los adolescentes son cristalinos al mostrarte que se aburren, si ese es el caso.
Mi tarea como docente es investigar, diseñar y desarrollar dinámicas de aprendizaje prácticas y divertidas, lo cual no es sencillo, pero si motivador.
Cobrar por todo lo anterior, es simplemente un premio.
3- He redactado para páginas web
Si escribir se parece en algo a comunicar oralmente, existen ciertas formas de redacción que acercan más si cabe esos dos mundos.
Escribir un guión o un discurso son ejemplos obvios, pero hay otras disciplinas que se mueven en terrenos similares.
Si sabes algo sobre el mundo del marketing o la publicidad, quizás hayas oído hablar de la palabra copywriting, un término que describe los textos persuasivos, redactados con la intención de generar algún tipo de acción en el lector.
Lo más cool que puedes imaginarte son los redactores de Mad Men, escribiendo slogans y anuncios de productos mientras fuman y beben whisky codo con codo con un ilustrador.
Luego entran en una sala de reuniones con sus diseños impresos en grandes carteles y se los presentan a ejecutivos trajeados y con bigote blanco, para que estos los aplaudan o censuren.
La versión más actual es la de redactar textos para páginas web de empresas, que no suena tan cool, pero guarda similitudes respecto al proceso de trabajo hasta llegar a las palabras que encuentras para explicar lo que hace o vende una empresa.
Un proceso que licuado, supone analizar el público al que esa empresa se dirige, encontrar los beneficios que puede aportarle su producto o servicio, y escribir con todo ello en mente, respetando además la llamada a la acción pertinente.
En resumen, muchos elementos que también comparte cualquier ejercicio de comunicación, sea oral o escrito, en el que poner en el centro a la persona a la que te diriges resulta la pieza que hace que el engranaje funcione, o falle más que un mechero en medio de un tifón.
En realidad sé que no es tan guay, pero cuando redacto anuncios, páginas web o slogans, me gusta fantasear con la idea de que me meto en la mente de la persona para la que escribo cual mentalista, y descifro las palabras que harán que lea un texto y quede hipnotizado asintiendo con la boca abierta mientras lee.
Es solo una fantasía, pero al menos me pagan por ello.
4- He dinamizado una mesa de trabajo
Al hablar en público, existen una serie de verbos que se entrelazan muchas veces, como son persuadir, convencer, consensuar, y otros tantos que tienen que ver con el hecho de entender la comunicación como un ejercicio que no es unidireccional.
Dentro de mis incursiones en el mundo de lo social y/o cultural, este año he tenido la oportunidad de dinamizar una mesa de trabajo en un festival de urbanismo.
Una tarea que puede parecer que se aleja del ámbito de la comunicación, pero que una vez despiezada, me ha servido para descubrir todo lo contrario, y por supuesto, aprender en el camino.
Si has participado en alguna mesa de trabajo sabrás que suelen ser entornos creativos, inspiradores, y si, en lo que a la organización de ideas se refiere…un absoluto caos.
Comunicar implica, inevitablemente, asumir que las ideas expuestas estén suficientemente aterrizadas como para que (una vez más) el público al que se dirigen las entienda.
La tarea de un dinamizador, en este caso, es la de aterrizar esas ideas, dirigir las conversaciones, proponer afirmaciones consensuadas, repartir equitativamente la palabra, y combinar todo ello con la destreza suficiente como para que los integrantes se sientan cómodos y escuchados.
Poca broma.
Además, en estas dinámicas, el mismo dinamizador puede reportar al final de la sesión, resumiendo lo hablado en la mesa, tarea que también me tocó realizar a mi en este caso. Un ejercicio de improvisación micro en mano en toda regla, del que salí airoso, como no…estructurando lo que iba a decir.
Todo ello con un objetivo comunicativo en mente; llegar a un documento, escrito o idea al menos, de lo que ha sobrevolado y se ha hablado en esa mesa.
Ser la persona a quién le entregan el cazamariposas para percibir esas ideas, cazarlas y materializarlas en algo tangible o legible, me parece apasionante y retador a partes iguales.
5- He gestionado la comunicación de un evento
El último trimestre de 2018 lo he dedicado a llevar la comunicación de un evento socio-cultural que empieza a formar parte de mi ADN; Gau Irekia.
Un festival que reúne a miles de personas en los barrios más peculiares, cañeros, y en ocasiones denostados de Bilbao.
Las características del evento no son tan relevantes en lo que respecta a la comunicación, sin embargo, las funciones que realizo son tan diversas, que siempre son fuente de aprendizaje y mejora personal.
Crear y gestionar una web y redes sociales son tareas necesarias, pero que personalmente quedan en segundo plano, ya que el evento me ofrece la oportunidad de acercarme a un satélite vital dentro de la Galaxia Comunicación; la prensa.
Televisión, radio y prensa escrita, son en realidad más que ese satélite, son un mundo propio, en el que imperan sus reglas y ritmos, que se tienen que conocer y respetar si se quiere establecer alguna relación con ellos.
La versatilidad para trabajar en un evento de este tipo, afortunadamente, no es una opción, sino una necesidad. Toca hacer de todo, desde redactar una nota de prensa, hasta hablar para la televisión o que te entreviste la radio en directo, y eso para alguien a quien le interese la comunicación, no tiene precio.
Bueno, en realidad sí tiene precio, en mi caso lo que he cobrado por ello, que me ha permitido marcar otro check en un actividad relacionada con la comunicación.
6- He hecho de guía
La “trilogía de la cultura” se cierra con otro rol dentro de mi diverso set de trabajos de 2018, el de hacer de guía en unas rutas artísticas por el barrio en el que vivo.
Una trabajo que no requiere ser explicado, pero que plasmo en estas líneas, no solo por el hecho de suponer otra actividad relacionada con la comunicación por la que me han pagado en 2018, sino por una reflexión que me viene a la mente cada vez que la realizo.
Se trata de la idea de que hablar en público se convierte en una actividad cada vez más exigente a medida que se le añaden “capas de elementos perturbadores adicionales” (esto suena elaborado, pero me lo acabo de inventar 🤓).
Hablar en plena calle es una de esas capas adicionales, que hacen que el reto de comunicar ante una audiencia sea mayor.
Si hablar en público te inquieta, uno de los primeros consejos que se dan a la hora de encarar un proceso de aprendizaje de esta habilidad, es el de exponerse en un entorno controlado.
Intuyo que ese escenario controlado no se parece precisamente a plantarte a dar explicaciones delante de 30 personas que te miran de pie, en medio de la calle, mientras otras decenas de transeúntes pasan por al lado y giran la cabeza con cara de…
…pero este que dice.
Quizás sea una reflexión obvia, pero me sirve para conocerme más como comunicador, y llegar a una conclusión a la que siempre llego y le repito a mi mente cual mantra:
Si tienes que hablar en público y tienes la posibilidad, siempre, siempre, siempre…ensaya.
Y todo esto nos lleva a…
Aquí, en el fondo de este post que intuyo un poco gratuito, donde preveo encontrarme a mí y a mis ganas de escribir, pienso en la desfachatez de haber escrito unas líneas atrás que he cobrado como copywriter, y me doy cuenta de que este artículo rompe con todas las reglas de los manuales de escritura persuasiva.
Dudo que encuentres solución a alguno de tus problemas, ni por asomo te enseña “cómo cobrar por hablar en público”, y veo que se intuye un poco denso, farragoso e interesante sólo para mi y para mi madre, que lo leerá por respeto…y porque se lo pasaré por whatsapp.
Pero ¡qué demonios!, este es mi blog, con lo que este es mi autoregalo de Olentzero.
Bueno, si aún sigues ahí, quizás te motives a pensar que si la comunicación es un mundo que te interesa, hay multitud de terrenos que puedes investigar y en los que puedes trabajar, desarrollando tus habilidades.
Espera, o lo que es mejor, quizás te apetezca contarme actividades relacionadas con la comunicación que has hecho en 2018…
Por alusiones 🙂
Pensé en ti porque es fácil: eres apuesta segura, compañero.
Feliz 2019 y que haya por lo menos otras seis, ¿no?
Uy, qué bonito, gracias ☺️…¡trabajemos para que así sea!
¡Enhorabuena Xabi! Aún sin haber seguido los manuales de escritura persuasiva ¡me has tenido enganchado al artículo de principio a fin!. Si estuvieras en Estados Unidos igual ya tendrías dinero como para jubilarte pero eso haría que perdiéramos un gran comunicador. Me has dado algunas ideas, gracias por compartir y ¡enhorabuena por tu éxito!
Qué bueno leerte por aquí y qué bien lo que me comentas Isaac.
Sé que ideas no te faltan y talento tampoco, con lo que solo me queda animarte 💪.